«Al inhalar sonrío, al exhalar relajo el cuerpo, habitando el presente,
maravillado en el momento»
Thich Nat Han
¿Te has parado alguna vez a observar cómo es tu respiración?. ¿ Qué ritmo tiene?. ¿Es amplia o superficial?. ¿De que calidad es el aire que sueles respirar? En este artículo te animamos a hacerlo y te vamos a dar algunas sugerencias para que tu respiración se convierta en un aliado de tu día a día.
En general, no solemos ser realmente conscientes de la importancia de la respiración. La respiración, al igual que otras funciones del organismo como la digestión, se produce mecánicamente. La diferencia es que mientras que no podemos influir voluntariamente en como el organismo realiza la digestión de los alimentos, si podemos respirar de forma voluntaria, hacernos conscientes de esta función, que se encuentra muy relacionada con nuestro estado emocional y mental.
Para los antiguos sabios de las culturas Orientales, el aire respirado no es solamente un intercambio gaseoso, sino que también contiene esencia nutritiva que ellos llaman, dependiendo de los distintos paises asiáticos, Prana, Chi o Qí.
Posiblemente todos hemos experimentado la estrecha relación que existe entre la respiración y la mente, de forma recíproca. Si reaccionamos rápido en un paso de cebra evitando que un coche que viene a toda velocidad nos atropelle la respiración reflejará nuestro estado de ánimo en eso momento, podrá paralizarse unos segundos y después volverse corta y superficial. Por el contrario después de despertar de un sueño reparador podremos observar nuestra respiración profunda, lenta y calmada. Al igual en estados emocionales de preocupación o alegría, el ritmo respiratorio también puede reflejar un curso diferente.
La respiración natural es la que vemos en los bebés muy pequeños, respiraciones abdominales, lentas, uniformes, nasales sin pausas. En el adulto esta pauta suele estar deformada y lo habitual es que la respiración suceda agitada, desigual, superficial, con interrupciones, y muchas veces por la boca. El porqué nos conviene respirar por la nariz en lugar de por la boca, se debe a que al hacerlo por la nariz nos beneficiamos de su capacidad para filtrar el aire y entibiarlo antes de que pase a los pulmones.
Realizar respiraciones conscientes amplias nos beneficia tonificando los tejidos pulmonares, favorece la acción cardiaca, amplifica el volumen respiratorio y entona el sistema nervioso. Una respiración bien regulada nos equilibra, estabiliza la mente y pacifica las emociones. Si tomamos consciencia de nuestra respiración, la hacemos más lenta y larga, estaremos mejor preparados para hacer frente a situaciones de irritabilidad o preocupación, viviendo más plenamente el momento presente.
En situaciones de ansiedad se altera la respiración reduciéndose su amplitud, hasta bloquearse en casos límites. Las personas con ansiedad o tensiones presentan una respiración superficial, rápida, arrítmica, con un volumen de aire inspirado y asimilado por debajo de las necesidades del organismo. Aunque lo ideal sería eliminar las causas de las tensiones, no siempre esto es posible pero si podemos modificar nuestra reacción al estrés.
Existen multitud de ejercicios de respiración, aportados principalmente por el yoga, teniendo un papel destacado en algunos tipos de meditación, que toman a la respiración como el ancla para el entrenamiento gradual de la atención. Se recomienda comenzar con ejercicios muy sencillos que vayan aumentando progresivamente nuestra conciencia sobre el acto respiratorio.
- Un primer paso sería respirar conscientemente varias veces al día, de forma más profunda de como sueles hacerlo espontáneamente, de esta manera compensarás los deficit de oxigeno con el fin de restablecer el equilibrio. Otra solución podría ser eliminar las tensiones musculares que se derivan de esa situación estresante. Ambos procesos van unidos. Para este ejercicio puedes utilizar la alarma del móvil o alguna aplicación como Mindbell, programarla para que te avise cada hora y así dedicar unos minutos al ejercicio.
- Para mejorar la calidad del aire que inspiras puedes aprovechar los momentos que te encuentres paseando al aire libre.
- El segundo ejercicio que te proponemos requiere de cierto entrenamiento y posiblemente de la supervisión de algún profesional experto en el tema. Se trata de realizar respiraciones completas también llamadas respiraciones yóguicas, estas incluyen respiraciones diafragmáticas, respiraciones intercostal y clavicular. Es un ejercicio básico que lo pueden practicar tanto niños como adultos a cualquier edad. Consiste en conducir el aire por la nariz hacia el vientre y el estómago; a continuación y sin interrupción a la zona media del pecho y por último a la zona más alta del tórax, zona clavicular.
Que te parece si nos tomamos un RESPIRO??